Quantcast
Channel: Su Hijo » paciencia
Viewing all articles
Browse latest Browse all 7

Cómo inculcar disciplina en tu hijo

0
0

Numerosos estudios realizados a través de los años en cuanto a la falta de disciplina en un niño, dan un resultado en común: los niños con problemas de conducta son los más carenciados en cuanto al amor de sus padres. No se quiere afirmar que los padres no les den amor nunca a estos niños, sucede que hay una diferencia fundamental entre ser amado y sentirse amado lo cual significa que, muchas veces los padres aman profundamente a sus hijos, pero no saben cómo transmitir ese afecto o bien, el hijo no lo sabe captar.

Algunos padres que no fueron felices durante su infancia, se sienten de alguna manera resentidos acerca de las relaciones que vivieron algunas veces entre ellos y sus propios padres. No desean que sus hijos vivan lo mismo. Entonces y sin querer, en determinadas ocasiones se equivocan en la manera de cómo educar a sus hijos; por ejemplo, se imaginan que"Madre con dolor de cabeza y su hija portándose mal" está correcto permitir a un niño que exprese sus sentimientos agresivos contra sus padres y los demás, o que cuando los niños se portan mal, los padres no deben ponerlos nunca en penitencia ni enojarse con ellos. Estas ideas son erróneas si se llevan hasta las últimas consecuencias. Están induciendo a los niños a volverse desagradables, y a su vez, los padres tienen que realizar esfuerzos sobrehumanos para ocultar la rabia, ya que es imposible no explorar ante un mal comportamiento de un hijo. Cuando ya no aguantan más, sueltan estos sentimientos negativos totalmente descontrolados ya que aparecen de la mano de gritos, insultos y otras conductas peores, que lo único que logran es sentirse culpables y lo más lamentable de todo, una conducta aún más difícil por parte de los niños.

También podemos observar en alguna ocasión, a padres que son muy amables y educados y permiten que sus hijos sean increíblemente aborrecibles, no solamente con ellos sino también con el resto de la familia, amigos o gente desconocida. Parecen no darse cuenta de lo que ocurre. En la gran cantidad de casos, son padres que fueron inculcados a ser demasiado buenos en su propia infancia y además no les permitían expresar sus opiniones ni emociones. Ahora, se imaginan que hacen lo correcto permitiendo a su hijo que manifieste absolutamente todas las cosas desagradables que ellos tuvieron que callar. En definitiva, la balanza de la educación, no encuentra un término medio.


Sentimiento de culpa vs. problemas de disciplina

Cualquier sentimiento de culpa en un padre, puede traer acarreado un manejo flojo en cuanto a la disciplina de un hijo. Un padre en esta situación, suele esperar demasiado poco del niño y muchísimo de sí mismo. Intenta mantenerse paciente cuando en realidad la paciencia está totalmente agotada y mientras tanto la crianza del niño se les está yendo de las manos. Cualquier niño sabe cuándo está traspasando los límites entre la buena y la mala conducta. A pesar de que los padres cierren los ojos, el niño sabe que está haciendo las cosas mal y por dentro se siente culpable. Este niño desea con toda su alma, que detengan la mala acción que está realizando. Si no se lo endereza, se va a comportar cada vez peor. En su cabecita la pregunta que ronda es la siguiente: ¿Cuánto peor tengo que comportarme para que alguien me detenga?

Obviamente, en algún momento este niño se vuelve tan provocativo, que la paciencia de los padres estalla. Probablemente lo pongan en penitencia. Todo vuelve a como era antes y se restablece la paz. Pero, volviendo al tema de la culpabilidad en los padres, es que se avergüenzan mucho de perder el control de sus emociones. Pero, en lugar de dejar las cosas como están y dar vuelta la hoja, intentan volver atrás en cuanto a la penitencia aplicada y permiten que este niño los castigue a su vez, por ejemplo, dejando que dicha penitencia no se cumpla o hacen que no se dan cuenta de que el niño comienza a comportarse mal otra vez. Y lo que es peor aún es que, si el niño no toma revancha, ¡el padre comienza a provocarlo con sutileza para que haga algo! Estamos ante un círculo vicioso negativo quizá un poco complicado de entender. Si un padre puede lograr ver en qué aspecto es permisivo y reafirmar la disciplina, está en el camino correcto y pronto verán con alegría, a un hijo con otro tipo de comportamiento más amigable.


Se puede ser firme y amistoso a la vez

Cualquier niño tiene que entender que, aunque sus padres sean buenos y agradables, tienen sus propios derechos y, en caso de que vean un mal comportamiento, pueden decir basta cuando sea necesario. No tienen por qué soportar groserías de un hijo y, aunque sea difícil de captar, su hijo se va a sentir más amado y querido si es tratado con cariño y firmeza a la vez. Un niño malcriado no es feliz ya que es generalmente rechazado por sus pares u otros adultos. Cuando salen a la vida, se dan cuenta que nadie está dispuesto a inclinarse ante su paso y tienen la opción, o bien de pasar por el mundo de forma invisible, o de aprender a ser agradable de una vez por todas.

Ningún padre quiere que su hijo no sea querido y, si quiere ayudar a su propio hijo, deberá aprender a mantenerse firme y amistoso al mismo tiempo. Un ejemplo cualquiera, de un niño que no quiere dejar de jugar con el autito del vecino y se pone realmente pesado, a llorar y a gritar, llegó el momento de darse cuenta de que no se debe seguir siendo buenísima y alargar el tiempo de permitir que juegue con el auto; la madre debe devolver el juguete al vecino aunque su hijo siga llorando.


Permite a tu hijo saber que la ira es normal

Cuando un hijo tiene un mal comportamiento hacia su padre, cualquiera sea el motivo, el padre debe detener esta acción y obligarlo a que sea educado. Al mismo tiempo, es bueno que le diga que sabe que está enojado y que son varios los niños que tienen este sentimiento. Si bien puede parecer contradictorio, es menester que se entienda que un niño se siente aliviado si sabe que un adulto conoce que él tiene también sentimientos negativos en su interior y que no están enojados con él por tenerlo. Esta comprensión lo estimula a superar su rabia y le evita el sentirse culpable o asustado por tener un sentimiento de esta clase.

Un niño que crece en el seno de una familia cuyos miembros son compañeros y considerados unos con otros, irá absorbiendo de forma natural la afabilidad. Deseará ser responsable y tener buenos modales así como también comportamientos adecuados, porque el resto de la familia es así. Por cierto que también es necesario enseñar a los niños de qué modo, precisamente se es cortés y amigable para con el resto de las personas. Y esta es tarea de los padres que quieren hijos disciplinados que puedan salir a la vida de forma sana y feliz.

Gabriela Nari | Editora de Suhijo.com


Leer más artículos relacionados:


Viewing all articles
Browse latest Browse all 7

Latest Images

Trending Articles





Latest Images